miércoles, 27 de agosto de 2008

El fin de una triste historia

El próximo domingo 7 de septiembre será el día en el que mis padres repitan la osadía de hace 27 años, cuando en su juventud se les ocurrió escapar de mis abuelitos y hacer su vida juntos en Ensenada, Baja California, donde por cierto nacería mi hermano, principal motivo de la huida.

La que entonces fue una salida fácil esta vez parece la más difícil, ya que está rodeada de sinsabores, decepciones y muchas lágrimas, aunque por fin se le hizo a mi papá salir de esta ciudad, gracias a que mi mamá no quiso más opciones y dijo que mientras más lejos mejor.

Y así lo decidió porque estando a la mitad de distancia no podría dejar atrás a esta ciudad, especialmente a su padre, y viviría preocupada y con ganas de volver para saber cómo está, para cuidarlo si se enferma, darle de comer y todas esas cosas que él decidió que ya no quería que ella hiciera.

Sé que no soy yo la que deba juzgarlo, sobre todo porque conmigo no es la cosa, sin embargo sería imposible no indignarme al saber que mi abuelito le dijo a mi mamá que nada de lo que ella hizo por él había servido, o sea que olvidó todos los años que ella fue su apoyo incondicional.

Y peor aún cuando a la muerte de mi abuelita ella se convirtió en su sombra y durante muchas madrugadas ella y mi papá salían corriendo detrás de él para consolarlo, para que no se saliera de la casa gritando el nombre de mi abuelita, para que dejara de llorar con su foto en las manos o simplemente compartir sus dolores.

Sé bien que para él fue un golpe muy duro, y lo sé porque lo viví a su lado, sé que pasaron muchas cosas que no se esperaba y que los golpes siguieron llegando, pero afortunadamente logró reponerse y ahora parece estar bien, tranquilo y contento.

También sé que a mis padres les irá muy bien, que allá no estarán solos, que ya los esperan y que el cambió será para mejorar, ahora sólo espero que su ausencia no se sienta mucho por acá, y no sólo lo digo por mí, aunque por mi parte sospecho que el simple hecho de ya no ver llorar a mi mamá será suficiente.

Por supuesto que me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes, que entre mi abuelito y mi mamá se pudieran arreglar las cosas, que no existiera tanta distancia repleta de rencores, malos entendidos y tristeza, pero ni modo, por ahora sólo me resta desearles todo el éxito del mundo y esperar que tengan una cama lista para cuando S y yo los visitemos.

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Le mando a todos los amigos de Carlos Desconocidodesoxirribonucleico un gran abrazo y espero se repongan pronto y lo recuerden bonito.

martes, 19 de agosto de 2008

La marcha mediática

Hay algo que no me late de la marcha Iluminemos México que está programada para las 18:00 horas del próximo sábado 30 de agosto.

Reconozco plenamente que puedo equivocarme, pero no por ello quiero dejar de expresar mi incredulidad sobre la naturaleza de este movimiento. Desgraciadamente estoy acostumbrado a pensar mal, y en ocasiones a acertar.

El motivo me parece más que justificado, es plenamente válido. Sería muy estúpido pensar que no queremos justicia en el país, que no estamos hartos de la inseguridad, que no nos lleva la fregada con el narcotráfico, que no nos preocupa la podredumbre que ha invadido nuestra sociedad.

Sin embargo, me brotan las cochinas dudas y algunas preguntas. ¿Por qué en este momento, por qué darle más valor a la pérdida del hijo de un empresario que a los asesinatos que se multiplican día a día a lo largo de la República, por qué dejar en manos del empresario Elías Kuri Terrazas la organización de la manifestación si se supone que se trata de un asunto netamente ciudadano, por qué los medios de comunicación masiva se trepan al carro y bombardean todos los días –desde que se dio a conocer la muerte del joven de 14 años de edad, Fernando Martí- con notas y menciones sobre la terrible inseguridad y lo importante que es unirse a Iluminemos México, por qué tenían que agarrarse de un caso ocurrido en la Ciudad de México para convocar a esta marcha?

Son interrogantes que me dan vueltas en la cabeza y que no encuentro respuestas contundentes que me aclaren el panorama. Creo que no era necesario que este movimiento se creara a partir de la muerte de Fernando Martí, bien pudieron hacerlo desde hace mucho tiempo con la avalancha de injusticias que sufren millones de mexicanos todos los días.

Para mí ninguna vida vale más que otra. Y partiendo de ahí no me explico cómo es que no hubo esquelas de políticos y empresarios, de gente pudiente en México, ni le dedicaron grandes espacios en prensa, radio y televisión a la muerte del chofer de Fernando Martí. Jorge Palma Lemus, a los 61 años de edad, fue asesinado por los secuestradores del joven a quien iba a dejar a la escuela. No recuerdo que alguien haya organizado una movilización por ello. No quisiera pensar que se debe a que el padre de Fernando es millonario.

En Jalisco, seis integrantes de una familia que fue secuestrada fueron ejecutados, incluidos tres menores de edad. ¿Acaso la vida de Fernando Martí valía más que la de Félix Bautista, Carmen Campos Cárdenas, Adriana Patricia Campos Cárdenas, el muchacho Roberto Bernardino Campos, y las niñas Magali y Mayra Bautista Campos? No recuerdo que alguien haya organizado una movilización por este brutal acontecimiento. No quisiera pensar que se debe a que el padre de Fernando es millonario.

Si lo que se exige es justicia, que se haga con todos los afectados y entonces sí podría tener fuerza un movimiento de esta naturaleza. Si la gente va a ir por solidaridad con la familia Martí se me hace un buen gesto, pero no va a ayudar en nada ni va lograr que las autoridades del Distrito Federal y del Gobierno Federal ofrezcan soluciones. Y aclaro, no es que sea indiferente ante el dolor de los Martí, pero igual me da coraje que se utilice este caso para armar una movilización al vapor y que las demás muertes a cargo de la delincuencia queden relegadas sólo porque no tenían lana.

Insisto, hay algo que no me late de esta marcha…

miércoles, 13 de agosto de 2008

ODIO A TELMEX (sí, así con mayúsculas)

Odio que cuando se hizo el contrato me hayan puesto como nombre Liviere, a pesar de que lo deletreé perfectamente: L-I-V-I-E-R. 

Odio que sean los más caros.

Odio que ni una dirección saben escribir bien, o sea, ni porque se las estás diciendo y te la dizque confirman y la corrigieron ya una vez, porque ahora resulta que S y yo vivimos en una colonia que ni existe y que además se ponen necios y "les sea imposible cambiarla vía telefónica".

Odio que cobren más de lo que es de Infinitum, cuando ofrecieron una promoción para los primeros tres meses.

Odio que llevamos cuatro días con la línea muerta y que pongan una estúpida contestadora para reportar la falla cuando debería ser una persona la que contestara y así poder quejarme de lo incapaces que son, por si aún no lo saben, y decirles hasta de lo que se van a morir, aunque el o la que conteste no tenga la culpa directamente.

Odio que el próximo mes llegará el recibo tarde porque tienen la dirección mal y viene reencaminada, y con el cargo completo porque a ¿quién le importa que no hayan brindado el servicio contratado si el punto es cobrar?


Ash!!! Insisto: ODIO A TELMEX

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Actualización:  Ya vinieron los inútiles de Telmex y revivieron nuestra línea, pero yo LOS SIGO ODIANDO.