No faltará quien me tache de machista, pero si algo me caracteriza es precisamente lo contrario, de macho tengo lo mismo que de químico. Sin embargo, estoy seguro que me lloverán ataques de feministas y liberales (sin distinción de sexo), y asumiré el costo por exponer aquí mi rechazo al lenguaje soez que aplican las mujeres como una forma habitual de expresarse.
No tengo presente el momento en que las féminas abrieron el cajón de las groserías para pronunciarlas como cualquier pelafustán. Palabrotas en castellano existen, según pude averiguar, desde el siglo XIII, pero creo que para las mujeres surgieron en el XXI.
No es que me quiera dar baños de pureza ni mucho menos. No me espanto. No me persigno. No me sonrojo. No le echo agua bendita a las mujeres que de 10 palabras pronunciadas siete son altisonantes. Sencillamente lo detesto.
¿Pues qué les pasa? Yo lo tengo muy claro, en ese afán por conseguir ‘la igualdad’ muchas se confunden y dicen ‘si los hombres lo hacen, por qué nosotras no habríamos de hacerlo’. Y así se dejan ir con una letanía de peladeces que pueden dejarme con la boca abierta.
En verdad me parece increíble que las chicas de hoy (turu ru, turu ru, jajajaja) se digan entre ellas y también se dirijan a los hombres con palabras como güey, pendeja(o), no mames, cabrona(ón), puto(a), chinga tu madre, huevos, hijo(a) de la chingada, y linduras por el estilo. Ya el colmo es que albureen, pero existen y me consta. Tampoco soporto que un tipo le diga esas majaderías a una mujer, me parece denigrante.
Algo que también me repugna es que de pronto una mujer comience a ser grosera nada más porque en su escuela, lugar de trabajo o círculo cercano de amistades así se expresan. Eso de quererse sentir parte de un grupo e imitar, o ser ‘influenciada’, es detestable.
No tengo ningún problema cuando las damas sueltan groserías como meras expresiones de enojo. Entiendo que cualquiera puede insultar cuando se siente agredida(o), para sacar un coraje, frustración o algo similar, pero de ahí a que sea el estilo de hablar hay una gran diferencia y es entonces cuando me puede reventar la situación.
¿A poco a alguien le gusta escuchar a una mujer que normalmente se expresa con groserías? A mí la neta, no. Y las dicen mi Livs, mis hermanas, primas, una que otra tía joven, etcétera, y me tengo que aguantar, sin embargo, es algo que me molesta bastante.
Desde mi perspectiva, es corriente una mujer que tiene por característica su lenguaje soez. De ninguna manera tiene que ver con inteligencia o capacidades, simplemente que lo relaciono con falta de clase.
Ya me imagino que habrá quien vaya a decir ‘ay sí, tú eres muy refinado y no dices groserías’. Bueno, pues he de reconocer que últimamente siento que me excedo en la pronunciación de palabrotas, y lo peor es que lo hago enfrente de las mujeres, y eso está terrible, pero ya me propuse corregirlo.
Mi sentimiento hacia las mujeres groseras no cambiará. Punto final forever.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Debo decir que pensé que esta entrada la había escrito Livier y comenzaba a decir "Mchts! pero...por qué dice esooooo?!" y hasta que vi "Mi Livs" descubrí que no fue Livs la del post, sino Serg :P
Pues sí, a mí también me caían mal las niñas que decían groserías, yo hasta salir de la universidad no decía ninguna, sin embargo en mi trabajo todo mundo habla con ellas y las he adoptado, obvio nunca para referirme a mis amiguitos o compañeros, sino a los clientes molestos y demás "poderosos" y groseros que me hacen enojar.
También me chocan los hombres que le dicen groserías a muheres.
Notaste que no utilicé ninguna en el post? :P
Saludoooos!
Mira mira...
Sin duda alguna entro en la categoría de mujeres que descargan sus corajes y frustraciones con groserías, lo cual, sabes bien, ha sido ya muy seguido, pero qué le voy a hacer con lo que se sufre en este lugar donde laboro, lo siento.
Ahora que en honor a la verdad no me gusta escuchar a las mujeres decir groserías, y aunque suene contradictoria, admito que se ve y escucha refeo. Tanto que no tolero que alguien, hombre o mujer, me llame "güey", me molesta demasiado y siempre termino preguntando a quien lo hace "pero por qué me dijiste 'güey'", y es que tengo nombre, y muy bonito por cierto, y me choca que "esté de moda" esa palabrita.
Respecto a la falta de clase de la que hablas yo agregaría que es también falta de vocabulario, y muy grave.
Y como estoy de acuerdo contigo te doy permiso de que me laves la boca con jabón!
Te amoooouuuuuuuu
Deberían de decirse vacas, güey es macho no hembra
Pues a mi la verdad no me gusta ese lenguaje horrible ni en mujeres, ni en hombres. Yo creo que hemos confundido la modernidad y la libertad de expresión con la falta de educación y la grosería. Dmuestra nuestro pobre manejo del lenguaje y el poco respeto que tenemos hacia nosotros mismos y por consiguiente, para los demás. Yo no estoy exenta de decirlas, si se me salen como desfogue al coraje por alguna situación, sin embargo de ninguna manera lo considero como disculpa y yo misma debería de grabar como se escucha mi voz al decirlas.
Alguna vez un compañero de trabajo que me escuchó decir una palabra altisonante me dijo que no correspondía lo que veían sus ojos con lo que escuchaban sus oídos y eso se me quedó tan grabado que hasta la fecha cuando me decubro vociferando sapos y culebras recuerdo sus palabras y me calmo, jejejejej.
La verdad no se en qué momento perdimos la educación y la formalidad en el trato, pero es una realidad que si nos empeñamos en seguir mal educando a nuestros hijos y a nuestra sociedad... No tardamos en convertirnos en un país de nacos mal hablados... que imagen para el país.
jajaj... la neta que algunas parecen verduleras, pero en ocasiones es respetable y puedo aceptarlo
y yo sí soy un pelado de primera... digo unas dos o trs groserias de cada 10 o 15 palabras... y si estoy con amigos más
antes me contenía y no hablaba majaderías delante de las féminas, pero desde que pidieron igualdad me vale gorro, jaja
Publicar un comentario