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Llegué bien a la casa, fue un martes hasta cierto punto tranquilo y pude zafarme temprano de la redacción. Salí del Excélsior por ahí de las 19:40 o algo así, le avisé a Livs, quien se encontraba en espera de entrar a consulta con la ginecóloga.
Todo normal, me regresé en metro y luego tomé un pesero para llegar al hogar como a eso de las 20:30 y casi de inmediato entró la llamada de mi amada, un poco seria me contó lo que le recetó la doctora y dijo que si podía recogerla en la estación de Eugenia, de la línea verde del meteoro, y ahí nos vimos.
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- Me siento mal, no sé qué pasa, me caí y me pegué en la frente. Eso le pude responder a Livs –que para entonces ya tenía lágrimas escurriéndole por las mejillas- porque me encontraba tirado en la alfombra de la recámara con una temblorina espantosa que más bien tenía cara de ser un ataque de convulsiones, y con la quijada apretada como si me hubieran puesto tornillos y tuercas para no abrir la boca.
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Nos encaminamos de nuevo a la casa y me platicó lo que le diagnosticaron. Pasó un rato y ella salió a la farmacia a comprar los medicamentos.
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Nos encaminamos de nuevo a la casa y me platicó lo que le diagnosticaron. Pasó un rato y ella salió a la farmacia a comprar los medicamentos.
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- ¿Le hablo a mi mamá para que me pase el teléfono del doctor Becerril (creo que me lo han mencionado 91 mil 345 ocasiones y no sé su nombre ni lo conozco) para ver qué hacemos?
- No, llámale a mi papás, que vengan para ir a un hospital. Trata de no alarmarlos. Y mientras, yo rebotaba en el suelo como lombriz con sal y limón, Livs me tuvo que colocar un cojín debajo de la cabeza para no lastimarme, porque de levantarme ni hablamos, no tenía fuerza y un hormigueo invadió mis extremidades superiores e inferiores. Ella seguía llorando y sumamente asustada. Igual yo estaba espantado.
- ¿Le hablo a mi mamá para que me pase el teléfono del doctor Becerril (creo que me lo han mencionado 91 mil 345 ocasiones y no sé su nombre ni lo conozco) para ver qué hacemos?
- No, llámale a mi papás, que vengan para ir a un hospital. Trata de no alarmarlos. Y mientras, yo rebotaba en el suelo como lombriz con sal y limón, Livs me tuvo que colocar un cojín debajo de la cabeza para no lastimarme, porque de levantarme ni hablamos, no tenía fuerza y un hormigueo invadió mis extremidades superiores e inferiores. Ella seguía llorando y sumamente asustada. Igual yo estaba espantado.
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Me senté en una silla del comedor, de pronto comencé a sentir frío, me temblaba todo el cuerpo, me puse muy nervioso, los dedos de las manos se me empezaron a enchuecar, me vino un mareo insoportable y una terrible pesadez en las piernas. Dejé pasar un rato para ver si se me quitaba o al menos disminuían esos males, pero fueron en aumento. Entonces me levanté para ir en busca del teléfono y llamarle a Livs, al entrar a la recámara apenas pude dar unos pasos cuando el vértigo me hizo perder la vertical y fuera abajo. Medio metí las manos y medio reboté en la alfombra con la frente. Afortunada (o desafortunadamente) nunca perdí el conocimiento, en todo momento estuve consciente de lo que me ocurría. No logré ponerme en pie.
Me senté en una silla del comedor, de pronto comencé a sentir frío, me temblaba todo el cuerpo, me puse muy nervioso, los dedos de las manos se me empezaron a enchuecar, me vino un mareo insoportable y una terrible pesadez en las piernas. Dejé pasar un rato para ver si se me quitaba o al menos disminuían esos males, pero fueron en aumento. Entonces me levanté para ir en busca del teléfono y llamarle a Livs, al entrar a la recámara apenas pude dar unos pasos cuando el vértigo me hizo perder la vertical y fuera abajo. Medio metí las manos y medio reboté en la alfombra con la frente. Afortunada (o desafortunadamente) nunca perdí el conocimiento, en todo momento estuve consciente de lo que me ocurría. No logré ponerme en pie.
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- Que no está tu papá, lo va a localizar tu mamá. Calma Panzón, estoy muy asustada, no quiero que te pase nada malo. Llamó Ana Lilia (mi hermana) que ya habló con tu papá y ahorita viene.
Ya también habló Georgina (mi otra hermana) para saber qué te pasó. Llamó tu mamá, que ya viene tu papá.
Era tu papá, que ya está aquí a la vuelta.
- Llámale a Enrique (mi tío) para ver si puede venir porque mi papá no va a poder levantarme y no quiero que haga esfuerzos (sufrió un infarto cerebral el 1 de febrero pasado).
- Que no está tu papá, lo va a localizar tu mamá. Calma Panzón, estoy muy asustada, no quiero que te pase nada malo. Llamó Ana Lilia (mi hermana) que ya habló con tu papá y ahorita viene.
Ya también habló Georgina (mi otra hermana) para saber qué te pasó. Llamó tu mamá, que ya viene tu papá.
Era tu papá, que ya está aquí a la vuelta.
- Llámale a Enrique (mi tío) para ver si puede venir porque mi papá no va a poder levantarme y no quiero que haga esfuerzos (sufrió un infarto cerebral el 1 de febrero pasado).
- Dice Enrique que sí viene.
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En nuestro departamento una puerta de la recámara da directo a la calle y solemos entrar por ese acceso, así es que cuando Livs regresó de la farmacia y encendió la luz, se encontró con mi cuerpo temblando en el suelo y sin poder hablar correctamente. Se echó a mi lado para cuestionarme y las lágrimas la invadieron.
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- Llegó tu papá.
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En nuestro departamento una puerta de la recámara da directo a la calle y solemos entrar por ese acceso, así es que cuando Livs regresó de la farmacia y encendió la luz, se encontró con mi cuerpo temblando en el suelo y sin poder hablar correctamente. Se echó a mi lado para cuestionarme y las lágrimas la invadieron.
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- Llegó tu papá.
- ¿Qué pasó hijo, cómo te sientes, a dónde te llevo?
- A un hospital, pero espera que ya viene Enrique para que él me levante, no quiero que te esfuerces.
- Calma, no te preocupes por mí ahorita.
- Llegó Enrique.
- A un hospital, pero espera que ya viene Enrique para que él me levante, no quiero que te esfuerces.
- Calma, no te preocupes por mí ahorita.
- Llegó Enrique.
- ¿Puedes apoyarte para levantarte?
- No, no tengo fuerzas.
- Bueno, entonces agárrate fuerte, te voy a cargar y te llevo a la camioneta.
- ¿A dónde lo llevamos?
- Al Santa Coleta.
- No, no tengo fuerzas.
- Bueno, entonces agárrate fuerte, te voy a cargar y te llevo a la camioneta.
- ¿A dónde lo llevamos?
- Al Santa Coleta.
- ¿Uriegas?, hola habla Livier, oye, si ya hiciste tu agenda a ver si puedes quitarle a Sergio lo que tenía por favor, vamos para el hospital, no sé qué tiene, se sintió muy mareado, se cayó y se pegó en la cabeza.
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Tras un recorrido como de 15 minutos llegamos a Urgencias del Santa Coleta y me volvió a cargar Quique para colocarme en una silla de ruedas. Rápido me metieron y me pasaron a una camilla, Livs, mi papá y mi tío detrás mío. Dieron mis datos y mi mujer explicó lo ocurrido al doctor en turno.
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Tras un recorrido como de 15 minutos llegamos a Urgencias del Santa Coleta y me volvió a cargar Quique para colocarme en una silla de ruedas. Rápido me metieron y me pasaron a una camilla, Livs, mi papá y mi tío detrás mío. Dieron mis datos y mi mujer explicó lo ocurrido al doctor en turno.
Me encueraron rápidamente, me pusieron un DH no sé que coños vía intravenosa y empezó a disminuir la temblorina. Es un anticonvulsivo, alcancé a escuchar. Le llamaron al neurólogo que atendió a mi papá, giró instrucciones, me sacaron una tomografía (cuando me llevaban a practicarme ese estudio vi que ya estaban mis tíos Beto, Chucho y Mary, además de mis primos Carlos, Valeria y Ximena) y me informaron que debía quedarme en el nosocomio.
Me regresaron a Urgencias en lo que pedían mi habitación. Para entonces ya me había dado cuenta que el camillero era puñalón.
- ¿Tus chinos son naturales?
Me regresaron a Urgencias en lo que pedían mi habitación. Para entonces ya me había dado cuenta que el camillero era puñalón.
- ¿Tus chinos son naturales?
- Sí
- ¿Me los prestas para dominguear?, jajajajajaja (la risa es del joven).
Yo en plena crisis y el puteque tirándome el calzón, no hay moral me cai. A Dios gracias no volví a verlo después de que me depositaron en el cuarto. Todas las visitas pasaron a despedirse y me quedé ahí hasta el jueves al medio día. Se trató de mi primera vez en cuanto a hospitalización se refiere, en lo que llevo de vida.
No fue nada neurológico, aunque tengo que practicarme una resonancia magnética dentro de un par de semanas para descartar cualquier cosa. Y me duele la mano donde me pusieron “la solución” y los medicamentos por la vena.
Se trató de un cúmulo de estrés muy poderoso, combinado con preocupaciones varias e intensas, y uno que otro coraje también de alto calibre. El médico me pidió reposo. Todavía me he mareado una que otra vez y de pronto me siento muy cansado, pero todo indica que, después de una semana, este miércoles podré reincoporarme al trabajo.
- ¿Me los prestas para dominguear?, jajajajajaja (la risa es del joven).
Yo en plena crisis y el puteque tirándome el calzón, no hay moral me cai. A Dios gracias no volví a verlo después de que me depositaron en el cuarto. Todas las visitas pasaron a despedirse y me quedé ahí hasta el jueves al medio día. Se trató de mi primera vez en cuanto a hospitalización se refiere, en lo que llevo de vida.
No fue nada neurológico, aunque tengo que practicarme una resonancia magnética dentro de un par de semanas para descartar cualquier cosa. Y me duele la mano donde me pusieron “la solución” y los medicamentos por la vena.
Se trató de un cúmulo de estrés muy poderoso, combinado con preocupaciones varias e intensas, y uno que otro coraje también de alto calibre. El médico me pidió reposo. Todavía me he mareado una que otra vez y de pronto me siento muy cansado, pero todo indica que, después de una semana, este miércoles podré reincoporarme al trabajo.
En el hospital me tuvieron a pura dieta blanda. Agua, agua, agua, agua y más agua. Lo del puñal se propagó y me hacían bromas sobre ese asunto. Y para colmo, el doctor ordenó que me pusieran unas Medias Antitrombóticas que se me veían rechulas, (obsérvese la imagen más abajo, ¿a poco no luzco divis divis?)
Todo este tiempo mi Livs ha estado al pie del cañón, se quedó las dos noches conmigo en el hospital, me ha cuidado y consentido en demasía y lo agradezco infinitamente, con su amor lo pasé mejor. Tan se concentró 100 por ciento en mí que ella se descuidó y ahora tiene gripe.
Todo este tiempo mi Livs ha estado al pie del cañón, se quedó las dos noches conmigo en el hospital, me ha cuidado y consentido en demasía y lo agradezco infinitamente, con su amor lo pasé mejor. Tan se concentró 100 por ciento en mí que ella se descuidó y ahora tiene gripe.
También debo agradecer a todas y todos quienes se preocuparon por mí, se les quiere harto. Por cierto, no pocos ni pocas me hicieron la siguiente recomendación: “llévatela tranquilo o llévatela leve”. ¿Acaso se puede? Creo que es muy fácil decirlo, lo complicado está en hacerlo con tanto estrés, preocupaciones, deudas (ahora se suma la de la cuenta del hospital), angustias y corajes que se van acumulando…, pero lo intentaré, ja.

Los piropos se los pueden ahorrar...
5 comentarios:
Supongo que sobra decir que me espanté como nunca en la vida, fue horrible verte ahí tirado y luego que no soy llorona pus pior...
Y bien dicen que honor a quien honor merece pues sin duda Enrique fue lo mejor, la forma en que te hablaba cuando te llevó desde el suelo hasta arriba, después a la camioneta y a la silla, no maaaaaaaaaaanches, mis respetos, mucho amor.
Obviamente tus papás y tus hermanas en lo propio, igual que tus otros familiares y el Tocayo.
Pero aún no entiendo que no me dejaras darle su merecido al puto ese, carajoooo, un asco...
Y sé lo que sientes, pero te agradeceré mucho un poco de tranquilidad, para que tarde o temprano, de preferencia temprano, podamos reír de todo esto.
Por cierto, no es Panzón, cuántas veces tendré que decirlo? Cuando vayamos a un programa de concursos en pareja vamos a perder por tu culpa, es Panzoun, ok!
TE AMO
Yo digo que cuando hay problemas y creemos que resolverlos causará más problemas, es mejor hacerlo porque si no, este problema "x" constante llega a hacer todo este daño.
Así que, es preferible enfrentar un problemón y acabar con todo de una vez, que seguir con el problema regular crónico.
Problemas, problemas, problemas :S
Saludos.
Mi estimado Carnegie:
Alguien que perdió el 30 por ciento del cabello del coco por estrés no es el más indicado para dar un consejo, pero cuando me di cuenta que la calva crecía corté de tajo con lo que me encabronaba, renuncié y cambié de trabajo. Ahora tengo cabello en el 95 por ciento, pero los problemas siempre están, sólo que ahora los veo nada más como el preludio de una solución que llegará.
La redacción de esto me dio una idea de que tenías la cabeza como salero en ese momento, como una licuadora que mezclaba tiempos, espacios, personas y sentimientos, me gustó.
Lo mejor de todo es que estás bien, y por supuesto, el camillero, mira que chulearte era para levantarte el ánimo no para que le aplicaras un suero.
PD: Te hubieras puesto unas medias caladas negras, algo más sexy, con esas pareces enfermera pecaminosa
Sergio, aunque no te conozco personalmente, al leer esto no pude evitar preocuparme! Qué bueno que ya estás bien... Ánimo a los dos, que todo se soluciona tarde o temprano. Besos.
ANIMO "S", TODO ESTÁ MEJOR...
Y QUE BUENO QUE TIENES A TU LADO UNA GRAN FAMILIA Y ALGUIEN COMO "L"... CREO QUE ASÍ SE FACILITAN LAS COSAS NO?
EN FIN, TODO QUEDÓ COMO UNA MALA EXPERIENCIA, Y MÁS LO DEL ENFERMERO PUÑAL, ASÍ ES QUE A ECHARLE GANAS
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